En el día de ayer,
miércoles 15 de agosto de 2012, un grupo compuesto por directivos y voluntarios
de la Fundación Ciudadanos del Mundo, junto la Dra. Rosa Borda, de Abogados por
la Justicia Social (AJUS) de La Plata, mantuvo una reunión con 20 inmigrantes
senegaleses residentes en esta ciudad. El encuentro tuvo como objetivo tratar
la difícil situación por la que se encuentran atravesando estos ciudadanos
provenientes de Senegal ante el hostigamiento y la violencia ejercidos sobre
ellos por parte de la Policía de La Plata y la Dirección de Control Urbano de
la Municipalidad local. La gravedad de la situación es tal que estos
inmigrantes africanos no pueden caminar
tranquilos por la calle por temor a ser golpeados o a que representantes
del poder público les quiten sus pertenencias sin ninguna justificación.
Según el relato de
los ciudadanos senegaleses, la Policía y Control Urbano trabajan de manera
coordinada para sustraer los maletines donde trasladan la mercadería que
comercian. Pero estas sustracciones no se realizan solamente en los puestos
armados en la vía pública por los vendedores, sino que tienen lugar incluso
cuando se encuentran caminando con sus pertenencias guardadas en maletines o mochilas.
A su vez, en uno u otro caso, el procedimiento se realiza de manera totalmente
irregular, sin entregar a los afectados las actas correspondientes por la
supuesta infracción o bien entregando actas que no detallan lo sustraído, sino
que simplemente indican que se ha quitado un maletín o una mochila.
Tal accionar impide
que, en cumplimiento de sus derechos como ciudadanos, estos vendedores puedan
presentarse en la oficina correspondiente a pagar sus multas y recuperar sus
pertenencias. En cada uno de estos casos, la mercadería no es devuelta, sin justificación
alguna. Simplemente no son recibidos o les responden que sus pertenencias no
están allí. A través de este procedimiento los senegaleses denuncian que ya les
han quitado en total alrededor de 170 maletines.
A estas irregularidades que podemos asociar
directamente al robo, se suma que al momento de quitarles la mercadería, sea
que se encuentren vendiendo o simplemente circulando, estos migrantes son
violentamente golpeados e insultados. La presión y el hostigamiento llega hasta
tal punto de impedir el ejercicio del compañerismos y la solidaridad, aquellos
bares que permiten el ingreso de los vendedores a ofrecer su mercadería y algunos
negocios que amablemente les permiten guardar sus pertenencias hasta el día
siguiente, han sido advertidos que de continuar colaborando con los senegaleses
serán multados.
Entre los
constantes hechos de este tipo que se vienen produciendo en La Plata se destaca
lo ocurrido el pasado 22 de junio cuando miembros de Control Urbano golpearon a
un senegalés de 17 años de edad en la intersección de las calles 7 y 48. Al día
siguiente, el sábado 23, se produjeron varios hechos de violencia que
involucraron a Control Urbano y una patota identificada como “Papupa” ante la
pasividad de la policía.
Ante estos hechos,
los migrantes se movilizaron y solicitaron la ayuda a la Secretaría de Derechos
Humanos de La Plata y el INADI, pero no sólo no recibieron una solución, sino
que la situación se viene agravando.
El problema de los
vendedores senegaleses viene a sumarse a un conjunto de prácticas represivas
hacia feriante de distintas nacionalidades que trabajan en la ciudad de La
Plata. Desde la Fundación Ciudadanos del Mundo, en conjunto con la Agrupación
Xangó y AJUS, ya nos hemos puesto en marcha para visibilizar estos problemas y
buscar una solución de parte de los funcionarios responsables.
Con una claridad
que necesitaría más de un especialista en Derechos Humanos, uno de los
ciudadanos africanos afectados nos expresó ayer “El primer derecho de una
persona es a poder vivir y el derecho de una persona adulta es trabajar para
poder vivir, es un derecho universal”. Hoy en La Plata, los senegaleses no sólo
no pueden ejercer la venta ambulante, sino que ni siquiera pueden circular por la calle sin el temor de ser
maltratados o robados con total impunidad por parte de representantes del
Estado, violándose no sólo el derecho
humano a trabajar, sino también la libertad de tránsito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario