Resumen Introductorio






“La falta de identificación de los inmigrantes los enfrentan a una vida sin derechos, donde el maltrato, la discriminación, la violencia y la explotación laboral les resulta las peores amenazas. Sin documentación, los extranjeros no tienen acceso a servicios de salud, educación, empleo digno y planes sociales, quedan fuera de sistema, inmersos en esta realidad. La crueldad y el desamparo puede convertirlos en protagonista de un mercado clandestino que no vacila en incorporarlos a las drogas, la explotación y la prostitución. En su mayoría, estos inmigrantes pertenecen a sectores humildes.
Solucionar la indocumentación de los extranjeros debe ser política de Estado.”
Inferencia, ésta, hecha en la Sesión de de la Asamblea General de las Naciones Unidas”

La República Argentina siempre tuvo raíces inmigrantes desde antes de la fundación de “SANTA MARYA DEL BUEN AYRE” en el año 1580, o sea, la llegada de los españoles.
Uno de los períodos de mayor inmigración fue entre 1880 y 1924, cuando entraron en el país 5.481.276 personas, en su mayoría italianos y españoles seguidos por rusos, árabes, holandeses, croatas ( mano de obra barata para una Argentina moderna ). Así, el censo de 1914 reveló que casi la mitad de los 1.575.814 habitantes de la Capital Federal eran extranjeros.-
El pico de la inmigración más reciente se dio entre 1995 y 2000, cuando más de 16 % de los vecinos de la Ciudad eran foráneos. Hoy, el 24,9 % de los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires nació en países limítrofes y el 15 % provienen de lugares como Perú, China, Europa del este y África. Otro dato que ilustra el fenómeno es que el 18,6 % de los alumnos de las escuelas porteñas nació en el exterior. El 72 % de los pacientes de los hospitales públicos porteños son inmigrantes.
Fuente: INDEC, Anuario estadístico de la República Argentina-2007-

Pese que la Argentina tiene raíces extranjeras, existe un fuerte comportamiento XENÓFOBO. El 34,7 % es la porción de los argentinos que admiten la existencia de discriminación por motivos de “nacionalidad y raza”, según una encuesta de la consultora D´alessio Irol. Las colectividades bolivianas, peruanas, israelitas, chinas y paraguayas, en ese orden, son las más discriminadas por motivos raciales.
Con cerca de 2.000.000 de inmigrantes y descendientes, la comunidad boliviana es la segunda con mayor presencia en el país, después de la paraguaya que cuenta con 3.980.000 de inmigrantes y descendientes. Es decir, estas dos colectividades, casi conformarían la totalidad de la población de Tucumán.

De las 566.622 personas que comenzaron a gestionar su documentación entre el 17 de abril y el 23 de diciembre del año pasado, el 52 % son varones y el 48 % mujeres. Del total, 81.366 eran menores de 18 años al inicio del trámite. Los paraguayos constituyen la mayoría (59 %), seguidos por los bolivianos (el 24 %). El resto nacidos en Perú (12%), Uruguay (10%), Brasil (9%), Chile (7 %), Colombia (6 %), Ecuador (4 %) y Venezuela (3 %). Información ésta por el programa “PATRIA GRANDE”.

Estados Unidos considera que La Argentina NO cumple con los estándares mínimos para eliminar el Tráfico de personas, y que no ha hecho progresos suficientes en este último año. Por eso, el país fue colocado una la lista porque está en observación. El gobierno norteamericano aconsejo al gobierno nacional que si quiere mejorar su situación en el próximo año debe trabajar con el Congreso para asegurar que una Ley antitráfico de personas, sea aprobada. Teniendo en cuenta los siguientes puntos: 1)- Incrementar los esfuerzos para perseguir a los traficantes; 2)- Aumentar la instrucción de los magistrados y de las fuerzas de seguridad; 3)- Trabajar con las organizaciones no gubernamentales, para aumentar el nivel de conciencia sobre este problema. La mayoría de las victimas provienen principalmente de países como Paraguay, Brasil, República Dominicana, Colombia, Chile, Ucrania, Uruguay y Bolivia.

El trabajo esclavo es otro martirio que sufren los inmigrantes indocumentados. Es un “secreto a voces” la mano de obra esclava en las fábricas de ropas. Un drama manchado con indiferencia, racismo, impunidad judicial, inoperancia estatal y sobre todo muchísimo dinero. Se estima que los talleres textiles clandestinos mueven un negocio que sólo en Capital y Gran Buenos Aires supera los 700 millones de dólares año. La cifra surge de los cálculos que realizó la Cámara Argentina de la Indumentaria. Según este informe, el todo el país se venden al año unos 1.200 millones de dólares en ropa fabricada clandestinamente. Los empresarios y el sindicato textil, manejan los siguientes números: la mano de obra “barata” no gana más de $ 700 al mes. En los talleres de trabajo esclavo esa paga se pude reducir a $ 200 o $ 300 al mes. Un representante de la Liga Argentina de los Derechos del Hombre, manifestó, que la liquidación del trabajo esclavo es la siguiente: camperas a $ 1,50 c/u; remeras a $ 0,20 c/u; pantalón $ 0,60 c/u; etc. Esto permite, que vestirse con marcas “truchas” cueste hasta 6 veces más barato. Por ejemplo, “La Salada”, la feria de comercio informal más grande de la Argentina, se puede comprar una camisa y jeans de buena calidad a sólo 30 pesos. Por feria, unas 150 mil personas recorren sus pasillos. Hay una gran cantidad de mayoristas que alimentan a miles de comercios en todo el país con ese tipo de ropa.
Para que estos números le cierren a los explotadores, los obreros textiles de los talleres “truchos”, viven en condiciones indignas, no tienen cobertura social, ni jubilación, los chicos son encerrados en cuartos pequeños para que no molesten a sus padres en jornadas laborales de más de 16 horas. Les hacen firmar a los trabajadores contratos laborales en Bolivia o en Perú, en los que los compromete a no escaparse de Argentina. El Centro de Estudios para la Nueva Mayoría publicó un informe en el que destaca de que tres de cada cuatro bolivianos que viven en Capital y el conurbano trabajan en negro.
La Organización Anti-Slavery Internacional publicó recientemente un informe llamado “Formas contemporáneas de esclavitud en la Argentina”, en que denunció que habría “decenas de miles de personas” que estarían trabajando en condiciones precarias en Buenos Aires y en otras provincias.
Un documento de la Unión de Trabajadores Costureros denunció a tres meses de la tragedia que cobró la vida de seis inmigrantes en un taller clandestino que el 80 % de los casos de TUBERCULOSIS detectados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires corresponde a residentes de nacionalidad boliviana y peruana explotados en el mercado de esa actividad ilegal, produciendo una saturación en la atención de los hospitales públicos porteños. La entidad que núclea a los trabajadores de ese sector hizo referencia en un documento de diez puntos a las condiciones de insalubridad que se registran en esos ámbitos de trabajo esclavo, donde prevalecen la anemia y la tuberculosis, dos afecciones típicas de estos talleres de costuras según el concepto de la Unión. Este planteo de los costureros se sostiene de dos informes médicos que ahondan sobre las condiciones de salud de quienes se desempeñan en esos talleres, uno producido en el Hospital Santojanni y el otro, por el “ Instituto de Tisioneumología: Profesor Raúl Vaccarezza”, dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
De los enfermos consultados 75,8 % eran bolivianos, el 14,2 % peruanos y el 10 % restantes eran paraguayos y chinos. El 77,5 % de los inmigrantes sometidos a este estudio carecían al momento de su realización de documento de identidad para extranjeros, situación ésta que los limita al acceso del sistema de salud, a un mercado laboral digno y legal, lo cual favorece a la exclusión social. Teniendo en cuenta este diagnóstico, el incremento de la población del conurbano que busca contención en los hospitales públicos porteños y el crecimiento de consultas sin urgencias, las guardias de los hospitales públicos porteños no dan abasto. Lo explicó el Dr. Donato Spaccavento, ex ministro de salud porteño.
La emergencia habitacional en la Ciudad para los inmigrantes, es una situación que no parece encontrar salida. Casi 200.000 personas viven en casas tomadas, un 47 % de esas personas son foráneos. Veinte mil, es la cantidad aproximada de inmuebles usurpados en la Ciudad. Según los datos de la Legislatura Porteña.-

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