UNA HISTORIA NEGRA: ¡LO MORDIO UN POLICIA!

Dos ciudadanos senegaleses denuncian que fueron agredidos en plena ciudad. "Se trata de una cuestión de piel" aseguraron.








 Badará Gueye es un vendedor ambulante oriundo de Senegal y desde hace ocho años reside en Argentina. El viernes pasado, en pleno corazón de la ciudad -Corrientes y Azcuénaga- la policía intentó desalojarlo, por razones que él desconoce y resultó además de herido, demorado por “atentado y resistencia a la autoridad, más robo y lesiones”.
Sin embargo, tanto él como su primo Makabe denuncian a los efectivos de la comisaría 7ª -donde permanecieron una noche- por “abuso de autoridad, robo y lesiones”, según indicó el presidente de la Fundación Ciudadanos del Mundo, Manuel Aldaz.
El relato de los ciudadanos senegaleses resulta por momentos increíble. “Yo vi a mi primo tirado en el piso. De la impotencia me largué a llorar”, cuenta a Crónica Makabe. Y es que, de acuerdo con el relato de los jóvenes, el viernes al mediodía fueron agredidos por los efectivos policiales.
En efecto, y siempre de acuerdo con sus palabras, un policía se presentó ante Badará para solicitarle de buena manera la mercadería. “Yo le dije que libre un acta del porqué se quería llevar todo. Pero como respuesta, me tiraron al piso, me golpearon y luego me pusieron las pulseras (haciendo referencia a las esposas)”, manifestó el accidentado.
Lo cierto es que los senegaleses sienten que se trata de una persecución discriminatoria.
“Es con nosotros”, asegura Makabe y continúa: “Se trata de una cuestión de piel. Al lado nuestro había un peruano y no le hicieron nada. Además, saben que en Senegal tenemos la costumbre de ser tranquilos y no querer pelear, por eso nos persiguen mucho”.
Por su parte, Aldaz explicó que “en este último tiempo la corte de la ciudad de Buenos Aires habilitó la venta ambulante de los senegaleses argumentando que es para la subsistencia pero se ve que la Policía Federal no lo tiene bien en claro”. Es decir que, no existiría razón legal para que Makabe fuera expulsado del lugar en el que se encontraba vendiendo.


“Me duele mucho”, dice Badará mostrando su mano. Y es que, por menor que haya resultado la mordida que recibió en su mano izquierda, el joven debió realizarse varias placas e incluso, tomar medicamentos. “No sabemos cómo actuar de acá en más. Tenemos miedo, pero necesitamos vender así juntamos plata. No somos gente de la calle, somos gente de casa”, asegura Makabe. “Allá, en Senegal al blanco se lo respeta. Lamentablemente en Argentina es algo que no pasa”, concluyó con amargura.

Fuente: Diario Crónica, edición Impresa.

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